usuarios que quieran pagar el boleto de tren o colectivo en efectivo
deberán afrontar la tarifa sin subsidio, a un precio mayor que quienes
porten la tarjeta. Aún no se definió de cuánto será la diferencia.
Este lunes comenzó a circular por la televisión un confuso spot publicitario de la tarjeta SUBE, en el que el Gobierno anuncia que desde el 10 de febrero aumentan los pasajes de trenes y colectivos para quienes no tengan este medio de pago.
“Sí, si no tenés tu tarjeta SUBE vas a perder los beneficios del subsidios y tu pasaje lo vas a pagar más caro, pero si tenés tu tarjeta vas a pagar lo mismo que pagás hoy”, advierte el spot. Hasta hoy no hubo un anuncio formal al respecto y se espera que algún funcionario del Gobierno arroje un poco de claridad sobre el tema en las próximas horas.
El aviso insta a adherir al Sistema Unico de Boleto Electrónico (SUBE), ya que “de lo contrario” desde el próximo 10 de febrero “dejarán de contar con los beneficios del subsidio”.
Sin embargo, la tarjeta no es garantía alguna para no pagar aumentos a futuro.
Según un informe oficial, para fines de 2011, la tarifa de colectivos debería costar sin subsidio 3,50 pesos, y la de los trenes 4,50, aunque esto no quiere decir que el Gobierno esté pensando en esos números para hoy.
Único medio de pago
El ministro del Interior, Florencio Randazzo, estimó la semana pasada que, en los próximos meses, la tarjeta SUBE será el único medio de pago que usarán los pasajeros de subte, tren y colectivos dentro del área metropolitana.
“La SUBE es una herramienta muy importante que permite articular el pago en todo el sistema de transporte metropolitano”, destacó el ministro, quien también adelantó que “seguramente será el único medio de pago exclusivo en los próximos meses”.
Con este anuncio solapado, el sistema va camino a ser el único medio de pago, ya que en caso de no tener la tarjeta SUBE, el boleto de trenes y colectivos será más caro.
El subte, primero
La tarifa del servicio de subtes subió a partir del viernes 6 de enero a 2,50 pesos, con un aumento del 127,2 por ciento respecto del anterior valor de 1,10. La medida fue dispuesta por el gobierno porteño a tan sólo un día de hacerse cargo del servicio, luego de varias idas y vueltas con el Ejecutivo nacional.
“Evidencias del atraso surgen cuando se compara la evolución de la tarifa del subterráneo en los últimos diez años con el precio de la nafta súper, el litro de leche o los salarios que mide el Indec: mientras el boleto de subte aumentó un 57 por ciento entre el 2001 y el 2011, la nafta super se encareció el 360 por ciento; la leche, un 496 por ciento, y los salarios según el INDEC, el 398 por ciento”, había anunciado la compañía Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado (SBASE).
Migración de servicios
Si se piensa desde la lógica, tras el aumento del subte era muy problable que subieran las tarifas del resto de los servicios de transportes públicos. Tarde o temprano, el Gobierno les quitaría parte o todo el subsidio para actualizar los valores.
Es que antes del traspaso a la Ciudad, el subte era el medio más económico. Hoy, muchas personas prefieren viajar en colectivo y pagar $1,25 (en Capital Federal) a los 2.50 del subte, lo que significa mayor cantidad de pasajeros con el mismo servicio antes del aumento en la tarifa.
Así, las empresas se verían desbordadas a largo plazo y con un servicio aún más deficiente, sin poder afrontar el nuevo rótulo de “transporte popular”, antes en manos del subte
Minutouno
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