pero la norma exceptuará a algunos vecinos que residen donde se coloque
el aparato.
Legislatura porteña aprobó una ley que habilitó al gobierno de la ciudad a colocar parquímetros -hoy restringidos al centro- en áreas comerciales de toda la Capital, incluidos los barrios, en las que los vecinos sufren severos problemas para estacionar.
Anoche los diputados efectuaron dos modificaciones que consideraron claves para limitar posibles excesos.
El despacho de la Comisión de Tránsito, que preside el diputado y dirigente del gremio de los taxistas Claudio Palmeyro (Bloque Peronista), convertido anoche en ley, preveía que los dispositivos y las grúas podían extenderse geográficamente de acuerdo con futuros mapas que deberán diseñar las autoridades porteñas.
Anoche, otro cambio introducido en el recinto de sesiones determinó que esos mapas deberán ser aprobados también por la Legislatura antes de que el Poder Ejecutivo avance en la colocación de parquímetros, lo que llevaría meses.
Hoy, según la Subsecretaría de Transporte y Tránsito de la ciudad, son 4000 los espacios con estacionamiento medido en Buenos Aires, mientras que ciudades como París y Madrid disponen de unos 200.000.
Consideran que la extensión de los parquímetros servirá como una herramienta para ordenar el caos registrado en una decena de barrios porteños a la hora de estacionar.
La ley -una reforma del Código de Tránsito que actuará como un marco regulatorio, según se fundamentó- busca, además, favorecer a los conductores dentro el barrio en el que viven y desanimar a los que llegan desde otros sitios.
Por eso, el proyecto establece que los residentes de una zona recibirán una oblea que les permitirá estacionar sin pagar a 500 metros a la redonda de su domicilio, siempre y cuando tengan al día el impuesto de patente y no vivan en una zona crítica que “requiera una alta rotación de vehículos”; en este último caso, en lugar de tener el estacionamiento gratis los residentes pagarán el 50% de la tarifa. Hoy, cuesta $ 1,40 la hora de parquímetro.
Según el texto sancionado, los parquímetros podrán contemplar tarifas que se encarezcan a medida que transcurra el tiempo de estacionamiento o bien sólo ser empleados en determinadas franjas horarias. En cambio, se sacó el artículo que preveía tarifas especiales durante eventos de concurrencia masiva.
En cuanto a las grúas, que complementan a los parquímetros al sancionar a los infractores, se estableció que sólo podrán levantar autos que estén obstaculizando el tránsito.
Finalmente, una cláusula transitoria incorporada a último momento determinó que si en un año el gobierno porteño no concluye el llamado a licitación de los nuevos servicios, el sistema deberá estatizarse, para terminar con la concesión de hecho que actualmente explotan dos empresas
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