Los empleados denunciaron intimidaciones
Nicolás Rivero, uno de los empleados despedidos que está encadenado al portón principal, afirmó en diálogo con Tiempo Argentino: “Sabemos que ponemos en riesgo la vida con la huelga de hambre, pero nosotros decidimos poner el cuerpo en esta lucha. Acá nos vamos a quedar hasta que la empresa cumpla la orden de la justicia de reincorporarnos. Además, describió el panorama sombrío que se vive dentro de la fábrica: “Todo el que participa de una asamblea es marcado y tildado de ‘quilombero’. El maltrato y la persecución de la empresa es permanente, por eso son reiterados los tratamientos psicológicos y psiquiátricos de los compañeros. Yo tuve tres intentos de suicidio”, denunció Rivero.
Deja una respuesta